La educación es la respuesta

Hace unas semanas visité por primera vez La Guajira, una región maravillosa y de contrastes, en medio de una encrucijada de pobreza, conflicto y flujos migratorios. También he podido visitar los departamentos de Nariño y Cesar, y en todos estos lugares, hablando con niñas, profesores y funcionarios públicos, pude evidenciar un deseo inmenso por construir un mejor futuro. Hoy más que nunca creo que la educación es la respuesta a ese sueño. Sin embargo, no es un secreto que vivimos una compleja crisis educativa global. Los avances alcanzados en materia de aprendizaje se ven amenazados por la violencia, la desigualdad social y la pandemia del covid-19. Esta crisis, como es de suponer, ha afectado de manera desproporcionada a quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.

A nivel global nos encontramos con jóvenes víctimas de desplazamiento forzado, refugiados y migrantes no escolarizados. Según la Unicef, hay más de 635 millones de menores que aún no acceden a una educación presencial debido a la pandemia. La situación en Colombia no es diferente. Tras décadas de conflicto armado, millones de jóvenes han sido desplazados y víctimas del reclutamiento forzado. Las imágenes del fotoperiodista Jesús Abad Colorado son el testimonio reciente de cómo algunas escuelas fueron escenarios de la guerra. La brecha educativa entre el mundo rural y urbano parece no acortarse, y en años recientes han llegado a Colombia más de 400.000 menores en edad escolar provenientes de Venezuela, quienes se han venido integrando al sistema educativo colombiano, pero siguen siendo víctimas de discriminación y xenofobia. En medio de un escenario complejo, y en ocasiones desolador, creo firmemente que hay esperanza, y esta se materializa a través de la educación.

En el año 2021 el gobierno de Canadá lanzó la campaña “Juntos por el aprendizaje”, con el propósito de generar conciencia sobre esta problemática, incentivar diálogos constructivos y adelantar acciones encaminadas a atender la crisis educativa global. Esta campaña promueve una educación de calidad para migrantes, refugiados, víctimas de desplazamiento y comunidades de acogida. Además, prevé cuatro áreas que incluyen: 1) Implementar proyectos enfocados en cerrar brechas educativas (excelencia programática). 2) Coordinar una respuesta integral (diplomacia activa). 3) Promover la participación de jóvenes (voces locales). 4) Apoyar estudios y análisis sobre educación en contextos de crisis (construcción de evidencia).

Canadá ha liderado iniciativas globales en educación, particularmente con poblaciones en situaciones de vulnerabilidad. A través de nuestra política feminista de asistencia internacional, y en alianza con gobiernos y la sociedad civil, trabajamos para avanzar hacia una educación equitativa, inclusiva, con perspectiva de género, sensible a los conflictos e impulsada localmente. Un ejemplo en Colombia de este compromiso es un proyecto que he tenido la oportunidad de visitar: “El mundo es mi hogar”, implementado por Save the Children y que busca contribuir a un aprendizaje de calidad en zonas fronterizas con Venezuela.

 

Las campañas no garantizan por sí solas una educación de calidad. La única forma de avanzar hacia el cierre de brechas educativas es a través de la construcción de alianzas y la escucha atenta de los protagonistas. Creo que es un buen momento para preguntarnos: ¿cómo podemos trabajar juntos por el aprendizaje y hacer que la educación sea una parte clave de la respuesta? Les invito a unirse por el futuro de nuestras niñas y niños.

Fuente:
https://www.elespectador.com/colombia-20/analistas/la-educacion-es-la-respuesta/